El Reflejo de Moro actúa como una respuesta de huída o lucha. Debería inhibirse entre los 2 y 4 meses de edad. Si está presente más allá de esa edad, el niño tiende a responder de forma exagerada ante ciertos estímulos: ruidos, luces intensas, movimientos o cambios de posición inesperados, permaneciendo en una situación de alerta todo el tiempo.
Algunos de los efectos a largo plazo si está retenido:
Problemas de equilibrio, mareos en transportes. Poca coordinación.
Timidez.
Dificultad para ignorar estimulación visual no relevante.
Dificultad para ignorar estimulación auditiva no relevante.
Alergias e inmunidad baja. Reacciones adversas a medicamentos.
Disgusto por los cambios en su ambiente.
Algunos de los síntomas psicológicos secundarios que pueden presentarse:
- Ansiedad elevada.
- Cambios de humor.
- Dificultad para encajar las críticas.
- Hiperactividad seguida de fatiga.
- Dificultad para tomar decisiones.
- Baja autoestima.
- Inseguridad, dependencia.
- Necesidad de manipular las situaciones.
